En estas fechas tan señaladas nos encanta reunirnos con todo el mundo. Cogemos fechas claves para estar con la familia, elegimos huecos para quedar con los compañeros de oficina, e incluso, algunas veces, nos vemos obligados a acudir a ciertas comidas en las que no nos apetece ni pensar qué nos vamos a poner.

Dentro de todas estas comidas, estamos más o menos relajados si son con amigos o familiares, aunque siempre está el famoso cuñado que no nos deja desconectar de esos aspectos que no queremos recordar. Sus comentarios nos hacen pensar lo mucho que apreciamos el verle sólo en días concretos. ¡Y que siga siendo así!

Si nos centramos en el trabajo, creo que hay dos claras posiciones. Los que adoran esta fecha porque es el momento de reunirse toda la empresa, y los que buscan ponerse malos para tener la escusa perfecta, ya que decir que tienen una reunión en el despacho, creo que no sonaría muy real.

En el caso de asistir a la cena de empresa, hay que tener muy claro ciertos aspectos. El ambiente fuera de la oficina, el consumo de bebidas alcohólicas y el uso de redes sociales pueden hacer que nos arrepintamos. Hoy día todo se sabe, y si en el momento en el que ocurrió no te has enterado, Instagram te lo cuenta.

Es cierto que, si dicho comportamiento es por causa del alcohol y/o estupefacientes y no ha afectado en nuestro trabajo, no tendría por qué ir más allá de una anécdota vergonzante. Pero, si el comportamiento mencionado anteriormente, conlleva altercado, peleas o insultos, estaríamos ante un despido procedente. Algo que nunca nos viene bien, y menos por comportamientos evitables.

Nosotras, como #centerconsejo, os decimos que os comportéis lo mejor posible, porque los Reyes Magos nos están viendo, y no queremos caras triste el 6 de enero.