El próximo domingo 30 de octubre los relojes cambiarán sus horas. A las 3 de la madrugada serán las 2.
En Europa, justo en el año 2019 se aprobó poner fin a este proceso, pero llegó la pandemia y eso sí que nos hizo cambiar a todos, y no hablamos sólo del reloj…

Como bien sabemos, este cambio de hora se realiza para poder aprovechar las horas de luz solar, y a su vez, ahorrar energía. En aprovechar las horas de luz, estamos todos de acuerdo en que lo realizamos. Nos gusta estar paseando por la calle y tomarnos un café viendo la luz del sol, o, salir de la oficina y no pensar que ya se nos ha acabado el día por ser de noche.
Pero en lo referente a ahorrar energía… no sabemos muy bien si se llega a realizar, porque el ahorro energético es mínimo. Creo que este punto nos dará para otra entrada en el blog, porque nos da más miedo recibir la factura de la luz que una carta de Hacienda.

Además de lo mencionado anteriormente, también os queremos comentar los efectos negativos en la salud. Los cambios de hora, tanto en horario de verano como de invierno, puede alterar nuestras rutinas diarias y provocar alteraciones en nuestro comportamiento. Y sí, cuando no te concentres en tu despacho y pases las horas mirando el móvil, puedes decir que es consecuencia del cambio de hora.

Es por ello por lo que, nosotras que siempre estamos aquí para ayudarte, queremos darte cinco trucos para evitar los efectos mencionados anteriormente, y otros que puedan surgir.

1.- Nos podemos ir adaptando a priori y poco a poco a los nuevos horarios. Entrar un poquillo antes al despacho y salir antes.

2.- Hay que evitar, por todos los medios, compensar esas horas de sueño con siesta. Creo que más que un truco es un reto, porque nos declaramos fans oficiales de la siesta, sobre todo cuando llega el frío y te puedes tapar.

3.- Realizar ejercicio físico. No aconsejamos que sea antes de dormir porque activas tu cuerpo y te costará más el poder dormirte.

4.- Cenar ligero y evitar tomar bebidas estimulantes en horas cercanas a irnos a la cama.

5.- Realizar actividades relajantes a última hora del día. Aquí podemos englobar las que te resulten más relajantes o aquellas que te gusten más y no te agobie hacerlas.

No olvides que siempre nos queda la opción de dejar la oficina, irnos a una isla desierta y tener nuestro propio horario. ¡Ahí te dejamos el plan e incluso te acompañamos!